Durante un mes, un leal perro yacía frente a la casa de su dueño, llorando y suplicando para que lo dejara entrar, pero este lo había echado. A pesar de la desolación, el fiel can no se movió; esperaba que su dueño abriera la puerta para él. Su delgadez evidenciaba el abandono y el hambre que sufría, algo incomprensible para aquel que había amado y sido parte de esa familia durante 7 años.
Fue el vecino quien, conmovido, llamó para que lo rescataran. Le contó cómo el dueño lo expulsó, pero él, aun esperando que abrieran la puerta, se quedó afuera. Al rescatarlo, resistió y no quería salir del automóvil; comprendía que ya no estaba en la casa que alguna vez fue su hogar.
Cuando llegaron al veterinario a las 5 de la mañana, la clínica aún no estaba abierta, y decidieron caminar un poco para llegar. En esos momentos, sus ojos reflejaban una tristeza tan profunda como el océano. El miedo se apoderaba de él al enfrentar lo desconocido, ya que nunca antes había caminado tan lejos.
Durante la consulta, se revelaron las terribles condiciones de Khalifa. Su temperatura era elevada, no había comido ni bebido en mucho tiempo, y los exámenes mostraron una acumulación de heces en la cavidad abdominal. Estaba exhausto y deshidratado, causándole un dolor abdominal severo.
Los médicos lo trataron con dedicación, pero había momentos en los que parecía rendirse. Permanecía en silencio, con la mirada perdida en la pared. ¿Recordaba a su dueño? Era difícil para un perro mayor olvidar todo, y Khalifa luchaba con su pasado.
Más de una semana después, su condición mejoró, pero aún necesitaba tratamiento. Aunque comía poco, los paseos diarios mejoraban su ánimo. Aunque la cirugía no era posible debido a posibles causas congénitas o traumas de la infancia, Khalifa fue dado de alta antes de lo previsto. Y entonces, por primera vez, se le vio sonreír tanto.
Ganó la batalla y se prepara para una nueva etapa. La medicina para las articulaciones le brinda alivio, y Khalifa ahora vive alegre y feliz en su nuevo hogar. Recuperó peso y salud, olvidando gradualmente a su antiguo dueño. Bajo el nombre de Khalifa, disfrutará del amor y la felicidad que le brinda su nueva vida. ¡Gracias a todos!