Bella, una bulldog francesa embarazada, fue cruelmente abandonada en un refugio mientras estaba en pleno parto, con la sombría perspectiva de la eutanasia esperándola. Afortunadamente, la intervención de un grupo de rescate llamado Road Dogs le salvó la vida y aseguró un futuro para sus cachorros. Una mujer de buen corazón, que había sido acogida para Road Dogs durante años, abrió su hogar a Bella y sus cachorros, brindándoles un ambiente seguro y acogedor para su recuperación y crecimiento.
Al llegar al refugio, Bella, agotada y angustiada, fue sometida a una cesárea de emergencia. Lamentablemente, cuatro de sus cachorros no sobrevivieron, pero dos lograron salir adelante.
La nueva madre adoptiva de Bella recibió instrucciones de mantener a los cachorros separados de su madre hasta que la incisión de la cesárea de Bella sanara. Inicialmente aprensiva por la separación y la tarea de alimentar con biberón a los cachorros mientras Bella observaba, la cariñosa mujer encontró consuelo en la confianza que el dulce perro depositó en ella para alimentar y cuidar a sus pequeños. El vínculo entre Bella y su madre adoptiva floreció rápidamente, ya que las dos formaron un equipo armonioso en el cuidado de los cachorros.
La madre adoptiva mantuvo una conversación constante con Bella, ofreciéndole tranquilidad sobre su seguridad, amor y la perfección de sus cachorros. Ella creía en un entendimiento emocional entre ellos. Inicialmente cautelosa a la hora de aceptar otros animales en el hogar, Bella gradualmente se fue acercando a ellos, incluso permitiendo que los gatos estuvieran presentes durante la hora de alimentación de los cachorros.
A medida que la salud y el ánimo de Bella mejoraron, su personalidad única comenzó a brillar. La madre adoptiva, una apasionada amante de los animales, encontró una profunda satisfacción al ganarse la confianza de animales como Bella. Apreciaba los momentos que pasaba cuidándolos, siendo testigo de su alegría y observando su crecimiento.
El plan actual es que los cachorros de Bella encuentren hogares adoptivos cuando tengan entre 8 y 10 semanas de edad, mientras que Bella continuará con su madre adoptiva hasta entonces. A pesar del profundo vínculo que han formado a lo largo de las semanas, Bella también estará disponible para adopción. La madre adoptiva reconoce la necesidad de separarse de los animales que cuida para poder brindar asistencia a otros que la necesitan. Quien adopte a Bella, sin duda, será increíblemente afortunado de poder dar la bienvenida a su vida a una perra tan resistente y cariñosa.